domingo, 6 de octubre de 2013

LA TRIBUTACION EN LA REPUBLICA: SIGLO XX


PRESENTACIÓN

En esta etapa, la historia económica de la República estuvo marcada por intensos pero breves momentos de crecimiento, separados por periodos de transición e incertidumbre.






La República Aristocrática y el Oncenio de Leguía (1919 - 1930)

A partir de 1919, el desarrollo económico del Perú fue conducido por Leguía, quien pensaba que este crecimiento estaba ligado a su habilidad para atraer capitales, tecnología, mercados y conocimiento empresarial de los países avanzados de Occidente, especialmente Estados Unidos, por la apertura del Canal de Panamá, en detrimento de los capitales británicos y europeos.



Atrajo gran cantidad de asesores norteamericanos que ayudaron a reformular la legislación. Se prepararon nuevos códigos para modernizar las actividades comerciales, mineras y agrícolas, que estuvieron acompañados por una nueva legislación bancaria, presupuestaria, tributaria y aduanera. 

La Gran Depresión de 1929. En la década del veinte, retrocedieron las exportaciones de azúcar, algodón, caucho y lana por la baja demanda mundial. El sector agroindustrial, que solo había reinvertido en ampliar esta producción, se vio ante grandes pérdidas económicas. 

La gran depresión que abarcó todo el mercado internacional a partir de 1929, afectó también al Perú, pues empezó a sentirse los efectos de esta economía dependiente exportadora, al colapsar algunas economías regionales.

Gobierno de Cerro

En 1931 la misión Kemmerer. diseñó un programa de ajuste y reforma para el alicaído sistema fiscal y financiero del país. El plan recomendaba la contracción crediticia y monetaria; reservas elevadas en el Banco Central y la liquidación de varios bancos grandes; la reforma de la banca; el presupuesto; el abandono del patrón de oro; la promulgación de un código tributario (que incluyera el impuesto a la renta y a las propiedades); el código de aduanas y el tratamiento de la deuda.

El gobierno adoptó inmediatamente el plan, pero su aplicación encontró innumerables dificultades: solo llegó a fortalecer al Banco Central de Reserva y a la Superintendencia de Banca y Seguros, al dotarlos de autonomía constitucional, lo que ayudó a modernizar las transacciones financieras y salvar a la banca de la quiebra durante la depresión.






El Perú comienza a levantarse. A partir de 1933, el Perú se recupera rápidamente porque fueron las empresas extranjeras, que controlaban 50% de las exportaciones, las que llevaron el peso de la crisis internacional. La recuperación estuvo encabezada por la exportación de algodón (en manos de capitalistas nacionales) que tuvo un elevado valor de retorno y significativo efecto multiplicador en la economía interna.

Por otro lado, el Perú se había negado a pagar la deuda (aunque la reconocía) lo que le permitió duplicar sus importaciones y estabilizar su tasa de cambio. Junto con el algodón se recuperaron los precios de la plata, el oro, el cobre y el azúcar. Mientras los aranceles no cambiaron, solo subieron de 19% a 20% en diez años, entre 1927 y 1936. Nuestra economía en los años de guerra.

Durante la Segunda Guerra Mundial, gobernaba el presidente Manuel Prado, quien aceptó controlar los precios de las materias primas en favor de EE.UU., con lo cual ayudó al esfuerzo bélico estadounidense, pero redujo las ganancias peruanas en minerales y otras mercancías.

Por esto, en comparación con otros países latinoamericanos, las reservas de divisas extranjeras del Perú fueron bajas y su avance a una autosuficiencia económica, más lento. Pero, a la vez, aumentaron las inversiones de Estados Unidos, con lo que se alivió la incertidumbre económica y se favorecio el crecimiento.

El gobierno de Odría. Entre los años 1945 y 1948,

El gobierno de Odría libera de tributos a la minería, lo que favorece la producción y la exportación de minerales. Se forman grandes empresas mineras como la Southern Perú Copper Corporation y crece la Cerro de Pasco.

Odría no apoyó a la industria pues se concentró, casi exclusivamente, en el sector exportador. A partir de 1950, el gobierno de Odría dictó nuevas medidas económicas siguiendo las recomendaciones de la Misión Norteamericana Klein, que había llegado al Perú a pedido del gobierno.



Se trataba de una reforma del Impuesto a la Renta para aumentar la recaudación tributaria, dicha reforma consistía en reemplazar los Impuestos Cedulares (que permitían crear impuestos complementarios) por otro impuesto de carácter progresivo, el que sería aplicable tanto a personas naturales como a empresas.

Pero el Congreso la desestimó y no fue aprobada la reforma tributaria. Fueron presionados por la Sociedad Nacional de Industrias y la Cámara de Comercio, ya que esto implicaría la elevación de los impuestos a las utilidades de las empresas, a los dividendos que generaban las acciones y a la renta que obtenían las personas y empresas peruanas con domicilio en el extranjero.


Segundo periodo de Manuel Prado Ugarteche En 1959

Se promulgó la Ley 13270 que contemplaba la liberalización de las inversiones industriales de los controles del Estado peruano. La citada ley exoneraba de impuestos a la Importación de Insumos y de Bienes de Capital destinados a la fabricación de bienes manufactureros, pero debido a la caída de los precios internacionales de nuestras exportaciones y a la recesión de la economía norteamericana, la tasa de ganancias de las empresas (especialmente las agroexportadoras)




Se redujeron, generando el descontento por lo que Prado tuvo que nombrar ministro de Economía a uno de ellos a Pedro Beltrán. Beltrán puso en marcha un programa económico liberal, obtuvo un préstamo del Banco Central de Reserva, emitió dinero usando la famosa “maquinita” y obtuvo el respaldo del FMI, recortó el gasto público, eliminó los subsidios a los alimentos, aumentó el precio de la gasolina y congeló los salarios.

Lo más controversial fue el aumento del precio de la gasolina, que tenía por finalidad aumentar los ingresos a través del Impuesto al Consumo y las utilidades. Las medidas dieron resultado menos en el gasto público porque debía pagar el costo social y entonces se vio obligado a aumentar la carga tributaria a las empresas, afectando sus ganancias.

Primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry

 Una de las más importantes reformas del gobierno de Belaúnde fue la eliminación de la Caja de Depósitos y Consignaciones controlada por las entidades financieras privadas que se encargaban de recaudar los impuestos y utilizarlos para intereses propios. En su lugar, Belaúnde creó el Banco de la Nación (1966), lo que le permitió al Estado peruano recaudar los impuestos y utilizarlos sin la intermediación del sector privado.





La gran cantidad de obras públicas y programas sociales del gobierno de Belaúnde lo llevó a incrementar el gasto público. Para financiar estos programas se plantearon el incremento del impuesto a la renta y el establecimiento de un impuesto a la propiedad. Se dió durante este gobierno una serie de irregularidades de evasión tributaria perjudicando al Estado peruano.

Todo esto trajo como consecuencia la promulgación de la Reforma del Servicio Aduanero; de los Aranceles de Aduana y de la Autoridad Portuaria; de las Declaraciones Juradas  de los Bienes y Rentas de los Funcionarios Públicos; y de las Exoneraciones Tributarias del Poder Judicial.

El gobierno del General Juan Velasco Alvarado

El gobierno de las FFAA., encabezado por Velasco y una corriente de militares “progresistas”, le otorgó al Estado un creciente papel como “planificador del desarrollo”. Esto desequilibró las finanzas públicas porque al crecer el gasto público, sin el respaldo de una reforma tributaria que incremente el ingreso tributario, condujo al país a un inevitable déficit  fiscal.

Los subsidios y el crecimiento de la burocracia estatal contribuyeron también a profundizar el déficit. Entonces, el gobierno recurrió a la tradicional solución de hacerse empréstitos y por lo tanto, la obligación de pagarla aumentó ocasionando una gran presión sobre la balanza de pagos.






El déficit fiscal.  se generó no porque el Estado se haya “excedido en su gasto público corriente” sino porque no aumentó sus ingresos (presión tributaria).

Francisco Morales Bermudez

Agravando el error cometido anteriormente, el Plan Túpac Amaru de la segunda fase no anuncia una revisión sustancial de la política tributaria del gobierno; en cambio, incrementa los impuestos a la venta de bienes y servicios de 17% a 20%, y a los bienes de lujo de 27% a 40%, así como el de gasolina; este último así como los impuestos indirectos que paga la mayoría de la población pasan a ser los que más aportan a los ingresos públicos por recaudación de impuestos.

Mientras que los impuestos directos a la renta, la propiedad y la exportación disminuyeron.en un 50%. El sector privado no bajó su rentabilidad, incluso algunos de estos sectores aumentaron su ahorro, pero no invirtieron. Fue el Estado el que no incrementó sus recursos y tuvo que recurrir al endeudamiento externo e interno para financiar su programada expansión.








El segundo gobierno de Belaúnde

se encuentra con un gran déficit fiscal que trata de paliar descargando al Estado de las obligaciones generadas por su rol empresarial. Devolvió muchas empresas a “manos privadas”, implementó medidas de austeridad, liberó las importaciones e incrementó el pago de la deuda externa en un 51%.

Para cumplir con su plan pactó un nuevo endeudamiento y aplicó nuevos incrementos a los impuestos indirectos que pasaron a representar del 50.5% de la recaudación en 1980 al 66, 6% en 1982; mientras que los impuestos directos que recaían en los que percibían mayores ingresos, disminuyeron su participación en el monto total de lo recaudado del 48, 9% al 32, 3% en el mismo periodo.

En 1985, la recaudación había bajado dramáticamente, se recaudaba en cuanto a impuestos directos solo el 61% de lo obtenido en 1980 mientras que en los indirectos la baja fue de solo 2%. Por otro lado, los impuestos a las exportaciones disminuyeron hasta representar solo el 13% de lo recaudado. 


 Alán García Pérez

El Estado se encontraba orientado por una política tributaria basada en bajar su presión mediante el continuo incremento de la carga tributaria de la población, en general cuando se incrementó el IGV y el ISC (impuestos directos) a la gasolina en un 166%, mientras se disminuía la carga a los que poseían importantes capitales. Y por otro lado, el gasto fiscal se nutría de empréstitos que no solucionaban el problema económico sino que solo lo postergaban.




La gran cantidad de obras públicas produjo incremento del gasto público pero como la recaudación tributaria disminuía el resultado de esta fórmula fue el incremento del déficit fiscal. Entre 1985 y 1990 la situación se agudizó, la inflación alcanzó niveles superiores al 7000%. La presión tributaria cayó de 13, 5% en 1985 a 4, 9%


En 1990. El sistema tributario era extremadamente complejo; la administración tributaria no respondía a las exigencias fiscales y estaban dadas las condiciones para que se produzca el caos y la corrupción.


Alberto Fujinori Fujimori

En términos económicos y fiscales, el país estaba experimentando un retroceso.  El bajo nivel de recaudación tenía varias causas, las principales de ellas fueron el gran número de exoneraciones tributarias y de regímenes de excepción, la poca fiscalización y control debido al gran número de impuestos (hasta 1991 ya existían más de 100 impuestos diferentes).





El resultado fue un sistema tributario inoperante que no proveía de recursos al Estado. La evasión se convirtió en una práctica aceptada y la corrupción se generalizó.







 

 

LA TRIBUTACION EN LA REPUBLICA: SIGLO XIX


PRESENTACIÓN

A inicios de la República, la principal característica del Perú fue la crisis económica y política que vivía. En esas circunstancias, se puede decir que en el aspecto tributario se mantuvieron las leyes y prácticas del coloniaje, siendo principalmente beneficiados los gobiernos locales, quienes tenían el encargo de recaudar pero no daban cuenta de esto al Gobierno Central.

LA TRIBUTACIÓN EN LA REPÚBLICA : SIGLO XIX

Durante el siglo XIX, al periodo republicano se le puede definir como inestable política y económicamente, lo que se reflejó en diversas medidas económicas, de las cuales la tributación fue una expresión clara de las contradicciones de la época.


a) Emancipación


La  crisis social y económica del Perú, al inicio de su etapa republicana, no se debe solamente al proceso de su independencia. El virreinato venía siendo empobrecido por su mala administración y por sus luchas internas.

La guerra duró cuatro largos años, una de las primeras medidas económicas que tomó  San Martín fue el de anular el comercio exterior; y en el interior, el reclutar soldados, lo cual significó disminuir la mano de obra, arruinando la agricultura, la minería y las industrias.




A ello se suman las diferentes luchas que la naciente República tuvo que afrontar para delimitar su territorio y pagar los gastos ocasionados a los ejércitos de Chile y de la entonces Gran Colombia (Ecuador, Colombia y Venezuela actuales). Además, se iniciaba la deuda externa, producto de un empréstito contraído con Inglaterra, por San Martín.


 Bolívar y el Estado Peruano.

En 1824, el libertador Simón Bolívar encontró al Estado peruano en la ruina fiscal y obviamente requería de dichos ingresos para mantener a su ejército y pagar los gastos de la guerra contra las fuerzas realistas, atrincheradas en la sierra central del Perú. Por esto, restituyó el tributo indígena y confiscó todo lo que pudiera necesitar para mantener a la tropa; a cambio, como San Martín, entregó bonos con lo que incrementó la deuda interna.

 
b) Auge del guano y del salitre. La crisis económica y financiera. La guerra del Pacífico (1845-1884).
  1. El primer gobierno de Ramón Castilla (1845-1851)
Ramón Castilla y su ministro Manuel del Río reorganizan y hacen el saneamiento de la Hacienda Pública. Con Castilla, por primera vez en el país, se presentó ante la cámara legislativa el presupuesto de la nación para su aprobación. Además, dio cuenta de lo gastado. En este periodo se consolida la deuda pública y se reestablece el crédito interno y externo.






A pesar de todas estas medidas acertadas, comienza con este gobierno el pernicioso sistema de consignaciones (onerosas a los intereses del país) y la irregular forma de cubrir el déficit fiscal con adelantos de dichas consignaciones. Por lo demás, el sistema tributario se redujo a los beneficios del guano, ya que se abolieron los impuestos a los jornaleros (nombre de la antigua contribución de castas) y la tributación indígena.





2. Durante al gobierno de Echenique (1851-1854)


Prosperan las finanzas públicas gracias al guano y a la estabilidad política anterior. Pero se acentúa el error del gobierno de Castilla, es decir, se mantiene estacionario el sistema de rentas, aumentan los gastos fiscales y la deuda pública por los adelantos obtenidos con las garantías del guano. Además, se siguió vendiendo el guano bajo el sistema de consignaciones.


Se suprimió el impuesto al indígena sin reemplazarlos por otros. Además, se liberó a los esclavos y se pagó su manumisión a sus amos (esto sólo se explica desde la bonanza del guano).


 3. En el gobierno de Balta (1868-1872)

Destaca la figura de Piérola como ministro de hacienda. En esta etapa se firma el controvertido contrato Dreyfus y se hacen dos grandes empréstitos para construir ferrocarriles y obras públicas. Se intentó reducir los gastos fiscales y aumentar los impuestos. Para vigilar mejor la recaudación se instituye la contabilidad por partida doble.


4. Luego viene el gobierno de Pardo (1872-1876) y de Prado (1876-1879).

Para dar una idea de la inestabilidad política de la época, diremos que el Perú se ve envuelto en la dictadura de los Gutierrez y, durante la guerra con Chile, se da la división entre Piérola y el general Iglesias; entre Iglesias y Cáceres; y finalmente entre Piérola y Cáceres. Como complemento, tenemos que Prado marcha a Europa en busca de créditos al inicio de la guerra y no vuelve más (entonces se alza La Cotera y Piérola lo vence en diciembre del año 1879).

5. La Reconstrucción (1884-1900)

Durante el  gobierno de Piérola, se hace una reforma tributaria para levantar el erario nacional. Para ello se reforma la recaudación y la administración fiscal.
En esta época se negocia el Contrato Grace, como una manera de enfrentar la deuda externa, entregándose en concesión la mina de Cerro de Pasco y la administración de los ferrocarriles.

A pesar de los puntos en contra de este contrato, en su momento, significó un alivio para el país ante su creciente deuda externa.








6.Nicolás de Piérola (1895 -1899)

Se le reconoce la honestidad en su política hacendaria, donde buscó que el país colmara sus necesidades con sus propios recursos, evitando los empréstitos y el aumento de los impuestos. Para este fin, creó la Compañía Recaudadora de Impuestos.


La política monetaria cambió el sol de plata por la libra de oro, introduciendo como unidad la libra peruana, con igual valor que la libra inglesa. Este sistema monetario de patrón de oro, perduró hasta la Primera guerra Mundial. Surgieron grandes instituciones bancarias con aportes de capitales peruanos y extranjeros. Se creó el Banco del Perú y de Londres, el Banco Internacional del Perú y el Banco Popular del Perú.
  
Estimuló la formación de empresas industriales, comerciales y financieras, desarrollando la explotación petrolera y minera. En esta época se da el boom del caucho  lo que convierte en centro de interés, la hasta entonces olvidada Amazonía. Además, se funda en 1898 la Escuela Militar de Chorrillos.

Principales tributos en el siglo XIX


Principales tributos en el siglo XIX Los tributos recaudados en este periodo se pueden dividir en tributos directos que afectaban a personas, predios, industrias y patentes; e impuestos indirectos provenían, en su mayor parte, de las aduanas. Además, otros tributos indirectos fueron los diezmos, los estancos y las alcabalas.


Tributos directos.

Afectaban a los ciudadanos de la naciente República, pero no de la misma manera. Se hacía diferencia entre la tributación indígena y la de castas. Además, incluían los tributos por predios, industrias y patentes.

a) Tributo indígena. 

Este tributo fue nuevamente abolido en la época de la Independencia, por San Martín, mediante decreto del 27 de agosto de 1821. Sin embargo, Bolívar lo restableció por decreto el 11 de agosto de 1826. El tributo indígena recién fue abolido como tal durante el gobierno de Castilla en 1855.  Pero poco después sería restituido como contribución de indios con carácter personal y ya no colectivo.

b)  Tributo de castas.

     La contribución de castas o de mestizos abarcaba el tributo personal de los trabajadores y de los que tenían una renta anual. En 1842 todos aquellos que no eran indígenas y estaban considerados como jornaleros, estaban obligados a cumplir con este impuesto pagando al erario público tres pesos y cuatro reales por año 30.

    


c)    Predios.

     El valor de los predios era asignado por su producto, no tenían valor en sí mismos. En un primer momento, los propietarios de todo tipo de predios (urbanos o rurales) estuvieron obligados a contribuir anualmente con 5% de la utilidad de su arrendamiento, pero luego se redujo a 3%. Esto fue decretado el 30 de marzo de 1825.

  
     Sin embargo, hubo problemas para su recaudación y los predios rurales fueron exonerados en consideración a las tropelías de las que fueron objeto por parte de los montoneros. La ley de 1840, que abolió la contribución de castas, dispuso que los dueños de predios rústicos o urbanos que no poseyeran más de un fundo y cuya renta anual no excediera los cincuenta pesos estuvieran libres del impuesto predial.

d)  Tributo de industrias y patentes.

 El impuesto de industrias gravaba 3% sobre el producto de la industria o capitales que se obtuvieran por su ejercicio. La recaudación de este tributo solo fue posible en las capitales de departamento y ciudades, cuya población lo justificara. Esta disposición reducía su base tributaria.


    Tributos indirectos.
     Las contribuciones indirectas fueron muy numerosas, pero sin duda la más importante era la de aduanas. los diezmos, estancos, las alcabalas etc. La importación de ciertos productos que perjudicaban a la agricultura e industria nacional era gravada con un arancel de 80%, mientras que los demás productos, con 30%.


Durante la bonanza guanera se abolieron estos tributos y los directos, con el consiguiente despilfarro del erario nacional en la consolidacion de la deuda interna y externa, obras públicas y la abolición de la esclavitud.

Entre 1868 y  1672 a la sazón  del contrato Dreyfus y el auge de los ferrocarriles, se intentaron reducir los gastos fiscales y aumentar la recaudación.

Tras los aciagos años de la guerra del Pacífico, llegó el período de reconstrucción Nacional (1884 - 1899) en el gobierno de Nicolás de Piérola se realiza una reforma tributaria, se crea una compañía recaudadora de impuestos y se forman empresas industriales, comerciales y financieras.